Nuestros invitados de cuatro patas tienen su propio laberinto, donde deberán encontrar el camino con ayuda de su fabuloso sentido del olfato (y, posiblemente con un poco de ayuda de su mejor amigo) – ¡ya que puede que se distraigan por el camino! Una experiencia que os hará decir “¡GUAU!” a los dos;)